Para mí el mayor logro de este señor no fue tanto la teoría de la relatividad, como la lección que dio a la humanidad entera, que es lo que voy a contar.
Albert Einstein era judio, es más; fue judio en la Alemania nazi, donde estaban todos muy convencidos de la superioridad de la raza aria. Por todas partes se publicitaba la imagen de mocetones y mocetonas rubios y altos como producto culminante de la evolución humana (hace falta ser idiotas, como se demostró).
Einstein se mudó a USA en 1933. Él había sido siempre un pacifista, y un judio no practicante, pero fue la pieza clave de la Segunda Guerra Mundial; envió una carta al presidente Franklin D. Roosevelt que instó a los Estados Unidos a iniciar el proyecto Manhattan, cuyo resultado fue la fabricación de la bomba atómica. Sin él este proyecto tal vez no hubiese sido posible en aquellos años.
Después de Einstein, nadie ha sido capaz de concluir su trabajo. La física sigue sin encontrar una teoría unificada que explique los fenómenos a todas las escalas, de modo que según los ordenes de magnitud la realidad se adapta a la Teoría de la Relatividad o a la Física Cuántica, y entre las dos la mecánica de Newton nos da buenas aproximaciones. Pero después de éste viejo despeinado y mal vestido nos quedó claro que no hay enemigo pequeño, y que vale más una mente despierta que millones de mozos rubios en uniforme. Como el dijo; "hay dos cosas infinitas, el universo y la estupidez humana, y no estoy muy seguro de lo del universo".
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