Hace muchísimo tiempo, tanto que no recuerdo si fue en este blog o en el ya desaparecido,
un lector (que igual todavía me lee, quien sabe) me escribió algo así:
"La solución para la tristeza y el vacío son los sueños y esperanzas"
No le conocí nunca personalmente, es lo que tienen los blog; somos todos un perfil
con un nombre que no es el tuyo y una foto que cogiste de google porque estaba chula...
o porque te decía algo... O sin foto porque ese vacío no tiene imágenes que lo representen.
No sé si los sueños te quitan la tristeza, pero en mi caso creo que más de una vez
me han mantenido viva, que no es poco. Cuando tu realidad es dolorosa, o simplemente
nada a tu alrededor te despierta ilusión, la vida se vuelve gris e incluso amenazante,
como una de esas carreteras malas que te hacen pensar que del estrecho asfalto
pasarás a un carril de tierra.
El pensamiento de que todo pasa, y el deseo y los sueños con qué vendrá después,
hacen que no apagues el motor; el carril llegará a un pueblo, y tal vez desde el pueblo
puedas volver fácilmente a la autovía. No soy muy buena con las metáforas, me temo.
No recuerdo ya que me pasaba cuando aquel lector me recetó sueños y esperanzas,
creo que fue cuando me mudé por enésima vez o poco antes de que lo hiciera,
creo que echaba a alguien mucho de menos. Pero pasó, todo pasa.
Letra de "Soñando Contigo", de Saurom:
...Y así que me encontré sentado aquí
queriéndote escribir
que no hay ningún porqué
para olvidar los sueños...
Ayer me tropecé, te voy a contar,
con una niña que saltando en el jardín...
¡quería coger la luna!
No pude evitar quedarme allí a mirar
cómo esa niña saltaba una y otra vez...
Sonriendo me contó que no iba a descansar,
que con la luna algún día podría jugar...
Míralo, si con la mano casi llego ya...
solo me falta un suspiro, quizás otro salto
y el sueño ya es mío...
Créeme, que no hay mejor manera
de pasar las noches de luna olvidando las penas
y hallando la forma de estar soñando contigo...
Crecí escuchando que hay que pensar con los pies en el suelo,
siempre razonar... la luna está muy lejos...
Pero me contagió sus ganas de vivir,
que no hay fronteras, que todo puede ocurrir...
En la niña encontré lo que casi olvidé...
¡dame tu mano y la luna conseguiré!
queriéndote escribir
que no hay ningún porqué
para olvidar los sueños...
Ayer me tropecé, te voy a contar,
con una niña que saltando en el jardín...
¡quería coger la luna!
No pude evitar quedarme allí a mirar
cómo esa niña saltaba una y otra vez...
Sonriendo me contó que no iba a descansar,
que con la luna algún día podría jugar...
Míralo, si con la mano casi llego ya...
solo me falta un suspiro, quizás otro salto
y el sueño ya es mío...
Créeme, que no hay mejor manera
de pasar las noches de luna olvidando las penas
y hallando la forma de estar soñando contigo...
Crecí escuchando que hay que pensar con los pies en el suelo,
siempre razonar... la luna está muy lejos...
Pero me contagió sus ganas de vivir,
que no hay fronteras, que todo puede ocurrir...
En la niña encontré lo que casi olvidé...
¡dame tu mano y la luna conseguiré!
Tienes razón: eres mala con las metáforas. Las autovías son seguras pero aburridas, siempre que puedas coge secundarias. Parafraseando a Adolfo Suarez: cuando dudes escoger entre dos caminos elige el más duro, así sabras que no fue la pereza lo que te motivó. Él lo dijo mejor, te animo a que leas el original. Un saludo
ResponderEliminarEn eso estoy de acuerdo, decidir "qué se quiere" valorando mucho "qué cuesta conseguirlo" nos lleva a conseguir lo que realmente no queremos. Eso sí; lo conseguimos fácil. Saludos desde Murcia, amigo lector.
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