Como todo lo que aparece en este blog, lo que sigue son mis propios pensamientos basados en mi experiencia personal y las experiencias ajenas que he conocido muy de cerca, es por tanto una opinión, ya que no poseo formación en Psicología más allá de la adquirida porque me gusta leer.
Una persona sufre un golpe emocional, ya sea por un problema laboral serio, una ruptura de pareja, un ser querido que fallece o con quien se ha generado un conflicto grave, etc. Los seres humanos, dotados de sentimientos, se ven afectados psicológicamente. Te puede invadir la tristeza, la ansiedad y la desesperanza... Entonces aparece el espabilado/a que te dice:
- Se ha muerto tu madre o tu pareja: "está en un lugar mejor", y con eso u otra chorrada parecida espera que vuelvas a ser un cascabel.
- Tu pareja ha roto contigo o tú has tenido que romper con él/ella porque, aunque lo quieres, te has dado cuenta de que él/ella a ti no o (lo que es peor) que es una persona con algún trastorno psicológico (por ejemplo, un maltratador): "que le den, es un/a gilipollas, deja ya de sufrir por un tio/a que no merece la pena y que pasa de ti"
Y podría seguir... Te dicen que hay que ser positivo y no dejarse afectar, pero las cosas duelen y afectan, y negarse el derecho a estar mal, a pasar tu duelo, solo aumenta el sufrimiento. Cuando las cosas vayan mal, llora si tienes que llorar, habla del tema con cualquiera que no sea una lumbrera de estas hasta echarlo todo fuera; si te tienes que emborrachar, cógete a un buen amigo y hazlo. Hay que enfrentarse al dolor y la ansiedad dejando que pasen a través de ti, aunque parezca que no lo puedes soportar; si no estás dispuesto a eso, con tal de evitar ese dolor puedes intentar salir de la situación, por ejemplo volver con la persona que una y otra vez te defrauda y hasta te maltrata, o directamente querer escapar escapando de la vida. De esto último, he tenido muy cerca un caso hace muy poco.
Cuando me divorcié no me dolía perder a mi exmarido, sino más bien el desplome total de lo que había sido mi vida hasta ese momento. Tardó varias semanas en dejar el piso después de pedirle yo el divorcio, y cuando al fin se fue me invadió la tristeza. Durante dos semanas solo escuchaba música y bebía cerveza, me sentía como en mitad de una carretera sin saber en que dirección ir. Luego durante casi un año no tuve ninguna relación, creo que al romper con mi ex había roto también el deseo de tener pareja. Pero cuando todo se pasó, cuando volví a salir con frecuencia, conocer gente y volver a disfrutar de sentir el cariño de un hombre, no quedó en mi ni rastro de toda aquella tristeza.
Reconozcamos al ser humano su derecho a estar triste, porque muchas veces no queda otra, porque es mentira que encuentras lo que buscas, que atraes lo malo por esperar lo malo y que si corres tras tus sueños los alcanzarás... La realidad es otra, y gente muy buena muera joven, personas que aman y se entregan son engañados y despreciados, currantes que se esfuerzan son despedidos... Dejemos de estar obligados todos a ir con la sonrisa puesta.
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