Hay un callejón paralelo a Pedro Antonio de Alarcón, en Granada, que llamábamos "el callejón punky". De ese callejón salio un grupo llamado La Guardia que tuvo su tiempo de éxito, pero a cambio de cambiarse a la música comercial. Yo nunca he sido fija de ningún sitio, y de aquel tampoco, pero íbamos bastante a menudo. Como no ir, si era una reserva natural para inadaptados y de no adaptarse sé yo cuanto hay que saber.
El panorama era cuanto menos interesante. Nunca me gusto la "gente gris". Este calificativo no es mío, lo usó un compañero de plástica de hace un par de años, que por cierto no era nada gris. Me gustan personas que tengan algo diferente a lo normal. Miro y veo un rebaño todo muy uniforme, todos muy correctos, todos muy complicados en su intento por sobrevivir en la jungla social, todos muy conocedores y cumplidores de reglas y convencionalismos, y entre ellos veo una obeja negra y allá que me pego, con ese me voy. En el callejón punky no había rebaño, cada persona era un mundo y tenía una historia, y la mayoría eran duras.
Es normal que Sid Vicious fuera un ídolo, a pesar de llevar años muerto en aquella época. Cuando escribiamos la A de anarquía por los muros y el "No Future" de los Pistols era un imno.
Normal que apoyasemos la anarquía, la mayoría llevaba años viviendo en ella.
Pintarse el pelo de colores, ponerse un candado al cuello, usar cadenas de cinturón, imperdibles en todas partes (puestos a las vivas en la calle), botas militares.. Todo para decir "no estoy de acuerdo" con una realidad que nos aplastaba.
Y nos aplastó. Vamos a la peluquería para domesticar melenas reveldes, usamos tacón, compramos en Zara. Intentamos encajar.
Por desgracia solo hay dos opciones, la que tomo Sid y la que tomé yo.
A veces (aunque pocas en este mundo de canis) he tenido en clase gente que me recuerda cómo eramos los hoy cuarentones hace más de 20 años. En mis tiempos o ibas a clase o no ibas, esta opción de ir a dar por culo que tiene ahora tantos adeptos no existía. A mí me parecía bien que te expulsaran si dabas motivos, lo veía normal. Yo nunca los di; si iba a clase era para aprobar esa asignatura. Pues bien, quitando algún niño disfrazado, la mayoría de estas obejas negras del rebaño siguen actuando como lo hacíamos nosotros. Mucha gente etiqueta a las personas nada más verlas, y no seguir la moda está mal visto; se equivocan. Pili, tras muchos años de hacer el tonto, se metió en el famoso nocturno del Padre Suarez, luego en la universidad y hoy es fisioterapeuta. Dani y el Oso son informáticos. Hasta yo terminé por prepararme para no ser camarera, reponedora y dependienta el resto de mi vida.
He visto el mundo desde todas las perspectivas, y al final, como en Trainspotting terminas eligiendo la casa cómoda y la tele grande que te cagas. Nadie valora el dinero como quien no lo ha tenido, así que si no puedes vencer al sistema únete a él...Esa es otra de las cosas que he aprendido.
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