Cuando de sentimientos se trata, el ser humano es el más irracional de los animales...Ni el cariño ni el deseo lo podemos controlar, ni basta para olvidar sólo querer olvidar. Sin embargo sí somos dueños de nuestros actos, y capaces de hacer que la procesión siempre vaya por dentro.
No hay razones, como dice la canción de Fito: "las cosas importantes, al fin, son las que están detrás de la piel"
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