Lo bueno de no ser periodista, ni pretender sacar beneficio alguno de lo que escribes, es que puedes escribir lo que quieras.
Bueno, ya no; ya hay que escribir solo cosas bonitas y que agraden al poder, ya entro en vigor la ley de seguridad ciudadana que debería llamarse "Ley de Protección del Gobierno y de Perpetuación del mismo", porque básicamente lo que pretende (siempre según mi opinión, esa misma que me puede costar hasta 600.000 euros) es que no se pueda criticar al gobierno ni sacar a la luz toda su podredumbre, facilitando así que los ciudadanos sólo sepan lo que los medios en manos del Estado o de las grandes empresas quieren, y que les sigan votando por siempre y por turnos a PP y PSOE. Intuyo que el PP estaría feliz de que no se votara siquiera; pero esto es Europa y hay que guardar las apariencias de democracia. Silencian las redes y silencian las protestas callejeras, nos dan la bienvenida de vuelta a los años 70, que bonito todo; que vintage.
Como ya es delito casi todo lo que afecte a los que mandan, hablaré de cosas más pequeñas y cercanas, hablaré de una escena que presencié anoche y que bien hubiera podido ocurrir en aquellos años cuando la gente llevaba pantalones de campana y sólo quería lo que dice la canción de Jarcha "Su pan, su hembra y la fiesta en paz".
Cuando se puso el Sol, nos fuimos a dar una vuelta y terminamos en un bar al que vamos mucho. Somos gente de costumbres a las que gusta conocer a la gente que tenemos al rededor. Yo entré a pedir un par de quintos, así que no estaba cuando empezó el historión. En la mesa de al lado había una pareja: ella como 30 años y rellenita, él como 10 más y bastante alto. Pues el tío alto le dijo a la gordita que le iba a dar dos hostias entre otras lindezas, y una parejita joven que estaba cerca de nosotros y de ellos intervino; esto fue lo que me contaron (andaba yo pillando la birra):
Tio de la parejita: Eso será broma, no??
Tio alto: No, no, a ti no es; es a ella.
Tio de la parejita: Pero será de broma, no?
Llega un chaval con una cresta y una chavala y saluda a la gordita, se pide algo y se sienta con ellos. Yo estaba comiéndome mis ahumados y hablando con quien venía conmigo y no les prestaba atención, hasta que se oye decirle el tío alto al de la cresta "Por que no hablamos de tu puta madre, que te parece; vamos a hablar de tu puta madre", ya si les estábamos prestando atención. El de la cresta dijo un "hasta luego tita" y se fue. Se ve que el crío era su sobrino.
Y ya sí estaba yo para ver como el tío alto amenazaba e insultaba a su compañera. Nuevamente intervino el tío de la parejita y le hizo frente... y el agresor se fue. Yo iba a entrar a por otros dos quintos y cuando pasé junto a la gordita le dije que la dignidad era lo último que se debía perder. Que no aguantara eso, que de verla le estaba hirviendo la sangre a mi acompañante, a la parejita y a todos los que estábamos allí. ¿Por qué digo que era una escena que me parece de otra época? Porque la tía me respondió que el tipo era muy bueno, que sólo era así cuando bebia...
Y el tío volvió, y entre mi pareja y el otro chico sin levantarse siquiera de los taburetes lo echaron, porque esas ratas cobardes no son capaces de plantarle cara a otro tío, se sienten miserables y sin autoestima y sólo su poder sobre sus mujeres les da un poco de sensación de ser alguien. No controlan cuando beben para no agredir a una tía, pero para evitar que un tío les agreda a ellos si que controlan.
No hay comentarios:
Publicar un comentario