Lo que vemos son fragmentos de vídeo, no la realidad completa. Nuestra vida no es una de esas pelis en que se ve que hacen los buenos y los malos, lo que ocurre en todas partes; más bien seria de esas que parecen grabadas con un móvil. Sólo conocemos unos cuantos trozos aislados de la vida de las personas que nos rodean, y desde luego no sabemos nada en absoluto de lo que hay en sus mentes. Es como tener cien piezas de un puzle de cinco mil, y a partir de ellas formar en nuestra cabeza la imagen completa. Tenemos como ayuda, y muchas veces como trampa, las cosas que otros nos cuentan.
La gente habla mucho sin más razón que no estar callados. En lo que nos dicen influye enormemente lo que siente y quiere la persona que habla, sus propias intenciones y prejuicios. Por todo esto, es de idiotas creerse que refleja una realidad la información que nos dan. Mas bien serían una serie de tarjetas que acompañan al puzle, de las que hay que saber deducir y leer entre líneas esa imagen para la que nos faltan piezas. Una mentira puede ser más valiosa que una verdad como fuente de información, por ejemplo, porque nos puede enseñar mucho sobre el que miente y sobre lo que está ocurriendo.
Con tan poco como eso tenemos que tomar las decisiones que nos pueden conducir al éxito o al desastre, ¿Es de extrañar que nos equivoquemos? Para colmo, con tan poco como eso la mayoría de los seres humanos se forman su imagen de cada realidad y están seguros de que es cierta. Esa seguridad de que se está en lo cierto es muy negativa para el que la tiene, e insoportable para quienes le rodean.
He tardado mucho tiempo en comprender todo esto, en aprender a poner en duda todo por claro que me parezca, dispuesta siempre a recibir más información y volver a mirar el puzle después de añadir nuevas piezas.
Tengo una amiga a la que veo poco pero con la que hablo mucho a diario. Ella, como yo, ha fracasado en tener una vida tranquila y en familia. No ha sido porque no quisieramos, ha sido por tomar decisiones equivocadas en ambos casos. Continuamente le ocurren cosas de las que me comenta que no tienen sentido, interpreta lo que ve de modo que encaje con sus propios deseos, y se estrella una y otra vez. Yo siempre le digo que cuando nos parece que algo no tiene sentido es porque nos falta información, porque la persona en cuestión no nos quiere dar esa información, y cuando te ocultan algo suele ser porque no te va a agradar. En esos casos, tus posibilidades de acertar son muchísimo más altas si interpretas la realidad como justo al contrario de lo que te gustaría que fuera.
Si alguien dice que tiene dudas, mejor dejarse de misticismos y afrontar que está dudando entre tú y otra. Si alguien sabe que tú le quieres y en vez de estar contigo se dedica a jugar, a verte ocasionalmente, empieza a pensar que la única razón por la que está en tu vida es por soledad o por sexo, no le des vueltas ni inventes tú las excusas si él ni se molesta en inventarlas.
Cuando no entiendes nada, la información que te falta te hará daño cuando la llegues a conocer. Mejor apartarse antes, porque si te equivocas no te dejarán ir, y si te dejan ir es que estabas en lo cierto y has evitado más dolor.
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