Existen muchos tipos de personas, todas diferentes, pero yo separo esta diversidad en dos grupos, los que somos emocionales y los que son racionales. El extremo de los emocionales está en esas personas que a pesar de que sufran, de que sus vidas sea como los escombros de una ciudad tras un bombardeo, no ven más que el amor que sienten y el ideal soñado en las personas que aman. El extremo de los racionales es la psicopatía.
Por muy emocional que seas, siempre puedes aprender. Aprendes que de cada persona puedes esperar, en el futuro, lo que hizo en el pasado. No hacen falta adivinos echadores de cartas; recuerda y sabrás lo que está por venir. Aprendes que el famoso principio de la navaja de Ockham muy raras veces falla; la solución más probable es siempre la más sencilla. Puedes buscar enrevesados razonamientos que se adapten a lo que tú quieres que sea la realidad, pero al final te vas a chocar con la sencilla realidad en sí, extremadamente simple. Si los seres humanos que vivimos amando, siendo solidarios y generosos, aceptáramos ese principio, podríamos seguir teniendo todas las cualidades que nadie nos debe arrebatar, pero ser felices.
Algo que cada vez me chirría más es escuchar "soy demasiado bueno/a"; no, no se es demasiado bueno, se es demasiado idiota. La prioridad para cualquier ser humano debe ser cuidar de sí mismo, si dejas que se rían de ti, que te fallen, que te ignoren, y aún así sigues dándolo todo, no eres bueno sino idiota. Las relaciones sanas (da igual si son de amistad, familiares o de pareja) se basan en la reciprocidad, no en que te hagan daño continuamente y luego perdonar.
El ser consciente de esto no hará que las decisiones no sean dolorosas, no te evitará los duelos, pero te hará no quedar atrapado en el dolor de recibir basura y dar apoyo y cariño. Cerrar puertas a quien quieres no es fácil, pero si ese amor no es mutuo es lo único que puedes hacer, porque cada vez que perdones le estarás diciendo a esta persona que hay otro límite que puede cruzar, cada vez llegará más lejos, y no te querrá por aguantar sus inmundicias; te despreciará por arrodillarte ante quien te escupe. El amor se basa en el respeto, la aceptación, la tolerancia y el cariño en toda situación, así que lo que tienes no es una pareja sino un amo y señor que te trata a patadas porque le perteneces, y en cualquier momento te desechará como a un trasto sin valor para ir detrás de otra persona.
Hay que poner límites desde el instante cero, así los psicópatas se irán porque no tienen nada que sacar y te evitarás muchos años (tal vez tu vida entera) de continuas decepciones, humillaciones y abandonos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario