Lo de la licra tuvo un efecto estraño, pues parecía que cuanto peor le quedaba a alguien más se la ponía. A los tios, a todos, les queda como un chorizo de gargantilla, pero es que a las tias gordas las hacía parecer caminar con dos morcillas por patas. Admito mi culpa, también yo me he dejado llevar por el horterismo en alguna ocasión.
De todas formas, este grupo no fue nunca de los más estrafalarios. Mirando videos he visto a un heavy con las mayas a rayas verticales (estilo Miguel Ríos) y los pelos cardados cual señora pensionista, que me hace reflexionar sobre quien marcaba y marca la moda.
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