Se
recuerda hoy el septuagésimo cuarto aniversario de la denominada Noche
de los Cristales. Se trató de una serie de ataques combinados entre
Alemania y Austria durante la noche del 9 al 10 de noviembre de 1938 y
llevado a cabo por las tropas de asalto de las SA conjuntamente con la
población civil. Este ataque fue dirigido contra los ciudadanos judíos y
sus propiedades, así como sinagogas. Los at
aques
dejaron las calles cubiertas de vidrios rotos pertenecientes a los
escaparates de las tiendas y a las ventanas de los edificios de
propiedad judía. Al menos 91 ciudadanos judíos fueron asesinados durante
los ataques y otros 30 000 fueron detenidos y posteriormente deportados
en masa a los campos de concentración de Sachsenhausen, Buchenwald y
Dachau. Las casas de la población judía, así como sus hospitales y sus
escuelas fueron saqueadas y destruidas por los atacantes, demoliéndolas
con mazos. La noche de los cristales rotos es considerada como un
eslabón de la cadena que llevó al Holocausto y que implicó la muerte de
millones de ciudadanos judíos, homosexuales, gitanos, Testigos de
Jehová, personas con problemas físicos y mentales, y opositores al
régimen, entre otros.
No olvidemos la historia para que no se repita. Todavía hoy hay colectivos que defiencen el nazismo.
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