Hace pocos días me vi en la obligación de acudir a urgencias por un accidente de tráfico. Lo primero que me llamó la atención es que el "público" en ese servicio ha cambiado mucho. La última vez que estuve, hace más de un año, más de la mitad de los pacientes eran marroquíes o sudamericanos, ahora prácticamente no había más que españoles ¿Los inmigrantes ya no enferman? No, es que ya no les atienden. Si no les atiende es que no tienen seguro, así que por lo visto lo que se concentraba en las urgencias eran personas sin tarjeta sanitaria que no tenían otro modo de ser atendidos. Pensareis que a menos gente, mejor servicio. Gran error. Lo que han hecho es reducir drásticamente el número de profesionales sanitarios que atienden urgencias. Hubo que esperar tres horas para una inyección, y algo más para tener un diagnóstico y poder irnos a casa. Las mismas cuatro horas que llevaba allí un señor con una fisura en la muñeca y una señora a la espera de saber si su brazo estaba o no roto.
En el pasillo de radiología, un anciano en camilla llevaba ya un buen rato abandonado a su suerte cuando una enfermera reparó en él. El celador (si, no un celador; el celador porque sólo había uno) fue avisado por fin para llevarse al buen hombre, que parecía bastante enfermo, a su habitación. La historia se repetía un rato después con un chaval en silla de ruedas, aparcado en el mismo pasillo.
Ya no pueden decir que los inmigrantes atascan los servicios de urgencias, lo que atasca las urgencias es que no hay personal...La gente que debería estar allí está en el paro, mientras los que debieran ser sus pacientes pasan horas esperando. No es de extrañar que muera gente sin necesidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario