Todos decían que era una mujer normal.
Una mujer sensata y educada. Dicen que hasta daba los buenos días en el ascensor.
Pero para nuestra sorpresa, esta mujer vinculada al PP y defensora del copago en la sanidad, no tiene ningún escrúpulo en vomitar que los ciudadanos estamos contentos.
Ella, que vive en el país de las maravillas, no nota ningún descontento en los ciudadanos.
La que no va a recurrir al Tribunal Constitucional la ley de tasas, se siente satisfecha aún así, tal vez porque sabe a ciencia cierta que ella sí puede acceder a la justicia cueste lo que cueste.
La defensora del pueblo, del PP y del copago, se siente respetada.
Una mujer sensata y educada. Dicen que hasta daba los buenos días en el ascensor.
Pero para nuestra sorpresa, esta mujer vinculada al PP y defensora del copago en la sanidad, no tiene ningún escrúpulo en vomitar que los ciudadanos estamos contentos.
Ella, que vive en el país de las maravillas, no nota ningún descontento en los ciudadanos.
La que no va a recurrir al Tribunal Constitucional la ley de tasas, se siente satisfecha aún así, tal vez porque sabe a ciencia cierta que ella sí puede acceder a la justicia cueste lo que cueste.
La defensora del pueblo, del PP y del copago, se siente respetada.
Qué suerte tiene, porque nosotros nos despertamos cada día sintiéndonos más ninguneados si cabe al leer ciertas noticias.
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