Ambos exoplanetas están situados en la constelación de Lyra. En la imagen se aprecia una comparación de tamaños, entre ellos y con la Tierra. Posee una masa bastante más grande que nuestro planeta, por ello se le denomina supertierra. Se calcula que su tamaño es un 60 por ciento mayor que la Tierra, y realiza una órbita completa en torno a su sol en un periodo de 122 días.
Kepler-62-e obtiene de su estrella un 20% más de energía de lo que llega a la Tierra del Sol. Esta energía se recibe en forma de calor y radiación. Se cree que su cielo está siempre muy nublado, y que es un planeta cálido y húmedo.
El exoplaneta Kepler-62e fue localizado mediante el método de tránsito. El proceso consiste en medir el efecto de atenuación que un planeta provoca a su paso por delante de su estrella. Kepler-62e está compuesto en su mayor parte por rocas de silicato de hierro, y la posibilidad de que disponga de agua en estado líquido es bastante plausible.
Por la red circulan recreaciones artísticas de este mundo, tan lejano que poco nos importa si es habitable o no, en las que se le imaginan nubes y océanos. Por desgracia esto escapa a nuestro conocimiento. El método del tránsito consiste en medir la luminosidad de la estrella, que es menor cuando el planeta pasa entre ésta y el observador. Por sencillos cálculos se puede saber la distancia a la estrella y el periodo orbital, pero no sabemos si es una roca pelada como Mercurio, un infierno de aplastante atmósfera como Venus o realmente una Tierra de mayor tamaño que la nuestra.
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