Existe una ciudad, allá por el sureste de la península Ibérica, llamada Murcia. Sí, Teruel existe y Murcia también. En esta bonita ciudad, se gastan año tras año, mes tras mes, ingentes cantidades de dinero en cosas como cambiar todas las plantas de los jardines municipales, me explico; se rellenan de macetas floridas todos los parterres, y éstas se reemplazan en cuanto pierden la flor. En ocasiones los adornos florales (que no quiero pensar en qué presupuesto tendrán), son realmente horribles, como los que se colocaron en las columnas de la plaza de la Merced la pasada primavera, que parecían arreglos florales funerarios.
El partido que gobierna esta mi tierra de acogida ("suelo que me acoge donde no he nacido", como dice la canción de Gritando en Silencio) es el mismo que gobierna el país, el sacrosanto PP, ese a quien todos votan para evitar el apocalipsis. Es el mismo partido que junto con sus socios del PSOE ve un gasto necesario un retrato de cada ministro, al óleo, por 60.000€ de nada. Estas personas, tan austeras y sensatas, muchas de las cuales andan esperando juicio por cuentas millonarias en paraísos fiscales, opinan que la mejor solución para Murcia es dividirla en dos con un muro.
Resulta que las vías del tren cruzan por mitad de la ciudad, dejando la mayor parte de ella (el centro) a un lado, y la zona Sur al otro. Por ejemplo; yo cuando tengo que ir a la oficina del paro cruzo esas vías, por un paso a nivel que si digo que es peligroso me quedo bastante corta. Había una solución sencilla; soterrar las vías a su paso por el casco urbano. Es una solución segura y permanente. ¿Qué ha decidido el señor ministro? Construir un muro, eliminar así los pasos a nivel y colocar pasos elevados, peatonales, o sea la solución más barata a costa de aislar una parte importante de la ciudad.
Desde hace años, los vecinos de los barrios pejudicados se han manifestado en las vías, e incluso han conseguido hablar con el señor ministro. Transcribo a continuación las palabras de una persona presente en esa grata reunión: "Nos ha dicho que nos tragamos el muro, la catenaria y el AVE en superficie. Que no va a dudar en usar la fuerza contra los vecinos y ha dado orden para ello al delegado de gobierno."
Y sí, cumplió su promesa.
Esto no ha frenado a los ciudadanos, que se niegan a vivir aislados por un muro del resto de la ciudad, y han salido una y otra vez a manifestarse pacíficamente a pesar de la violencia que se les aplica. Y no solo los de Santiago el Mayor (una de las zonas más perjudicadas) sino de toda Murcia.
Sin embargo, parece que 15.000 personas protestando por que se pisotean sus derechos no merecen portadas de periódicos en este feudo del PP. Desde mi humilde rincón Lejos del Mar, os muestro que esto sí está pasando y que no son cuatro los que protestan.
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