La verdad se parece mucho a una golondrina, más el nuestro que esta todo desgreñado. Mi hija se ha entretenido en identificar la especie y ha averiguado que se pueden criar con comida para gatos reblandecida con agua.
Sigue vivo. Hoy chiqui ni me ha pedido que le haga de taxista, está entretenida dandole un bicho cada poco rato.
Esta es un ave urbana, como los gorriones, que hace sus nidos de barro en los aleros de los edificios. Se las puede ver volar en gran número al atardecer cazando insectos al vuelo. En Guadalupe se veían muchísimas; recuerdo que en el edificio donde yo estaba al principio, llegaron a anidar sobre un farol en una terraza. Aquellos pisos tienen una galería que da a un patio de vecinos, y cuando vino Ángel nos saliamos siempre a fumar allí. Los veíamos volar dando quiebros, detras de los insectos voladores, y era muy relajante.
Bueno, se acabaron las prisas por ahora. Al fin todo está hecho. Ahora toca aprovechar los días que no salimos para reorganizar los libros y las carpetas; el próximo verano quizá habrá opos. Me lo voy a tomar con calma hasta septiembre, voy a dedicarle tiempo a mi hija, y a los bichos...y a todas las cosas que quiero hacer. Al fin tengo tiempo para parar.
El avión se llama "pendejo", de donde sacó la idea Chiqui no lo sé.
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