Cada vez más la gente busca relacionarse en las redes sociales, las hay de todo tipo; puedes buscar amor, amistad o sólo sexo, puedes buscar gente interesada en deportes que la mayoría ni sabemos que existen, en música de todo tipo...Todo está en la red.
Cuando lo que se busca son relaciones humanas, la gente invierte mucho tiempo, pidiendo atención o esperando a que se la pidan, pero también creándose un personaje.Se sube la estatura, se bajan años y kilos. Se borra la celulitis, se difuminan los defectos...en fotos con 10 años de antigüedad, por supuesto. Todo el mundo es joven, guapo, educado...La chica aburrida de 23 anda soñando con un galán que se pinta a si mismo como un modelo metrosexual, y que resulta ser un cincuentón con peluda barriga y calva resplandeciente.
El mundo es muy pequeño, y la ciudad donde vivo un patio de vecinos (como todas al final). Hace poco hablabamos AJ y yo con una persona que acabábamos de conocer, y en la típica conversación de bar salió a relucir este tema, el de la gente mentirosa que anda, en el mejor de los casos, haciendo perder el tiempo por la red. Nos mostró una foto de whatsap como ejemplo de a donde llegan: el Don Juan decía tener 45, nosotros lo conocemos y sabemos que mínimo tiene 50...En persona aparenta más, y tendrá más, ¿a quién pretendía conquistar? A una chavalita de 27.
Siempre me he preguntado por qué miente la gente, si al final ha de verse cara a cara con el objeto de su deseo, y ahí no valen ni photoshop ni personajes inventados. La respuesta es tan evidente como lamentable: al menos así consiguen que durante un tiempo la otra persona les hable, les preste atención, consiguen tener algo con lo que llenar una vida vacía. Ese es el mismo tiempo que le hacen perder a otro ser humano.
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