A diferencia de la mayor parte del mundo, durante la reciente crisis
económica global Islandia decidió no rescatar a los bancos. En vez de
que los contribuyentes pagaran las deudas privadas de bancos nacionales
y extranjeros, el pueblo islandés decidió que debían ser los
acreedores los que pagaran estas deudas, yendo así en contra de la idea
difundida en todo el mundo de que los bancos son demasiado grandes
para dejarse caer (y que si caen se llevan al país por delante).
Después de pasar un período difícil, la valentía de Islandia ha dado
resultados y este año se proyecta un 3% de crecimiento para un país que
había sido asolado por los malos manejos de los bancos.
Islandia habría tenido que pagar 2.3 mil millones de dólares al Reino
Unido y 1.3 mil millones a Holanda, pero la gente rechazó pagar,
argumentando que no tenían responsabilidad de las inversiones
extranjeras en el país.
“Islandia hizo lo correcto asegurando que su sistema de pagos
continuaría funcionando, mientras que los acreedores, no el
contribuyente, asumieron las pérdidas de los bancos”, explicó a Bloomberg el premio Nobel de Economía y profesor de Columbia, Joseph Stiglitz. “Por el contrario, Irlanda ha hecho todas las cosas mal. Es probablemente el peor modelo”, remató.
Después de verse sumido en la crisis, Islandia, a diferencia de la
mayoría del mundo, no refrendó al sistema político y financiero que lo
condujo a esa crisis, por el contrario, hizo que dimitiera su gobierno y
este año se encuentra reescribiendo su Constitución para así hacer
todo lo posible para que no vuelva a ocurrir la debacle financiera. La
Constitución de Islandia representa un hecho histórico ya que es la primera Constitución open source, en la cual participan todos sus ciudadanos utilizando herramientas digitales.
Los cárteles bancarios internacionales amenazan a los países
diciéndoles que si no se ajustan a su políticas financieras y no pagan
sus deudas verán sus economías destrozadas, plagadas de desempleo y
despojadas del capital necesario para su crecimiento; Islandia prueba
que es posible desprenderse de este bullying financiero si se tiene unidad nacional.
Más allá de los gobiernos locales, los organismos internacionales y la
élite de banqueros y CEOs de grandes corporaciones que gobiernan al
mundo, explotando los recursos y a los trabajadores transnacionalmente e
implementando su sistema de capitalismo consumista sin cuartel. En
realidad existen pocos países autónomos, soberanos e independientes,
capaces de tomar decisiones por sí solos —cuando estas decisiones no se
alinean con el plan global. Asimismo existen pocos países con una
ciudadanía capaz de ejercer su propia voluntad por encima de la clase
política —cuando ésta va en contra de los intereses de la
corporatocracia. Islandia es doblemente una isla en este ajedrez
geopolítico donde casi todos somos peones.
[Net Right Daily]
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