Tantos asesores como tienen chupando de las arcas públicas, y parece ser que no tienen un puñetero geólogo que les explique que esto no se puede hacer.
Los datos del Instituto Geológico Minero de España desvelan que el
proyecto Castor, causante de los seísmos de los últimos días, en los que
se ha llegado a detectar uno de 4,1 grados (que ha sacado a la gente a
la calle a pedir una solución viendo lo que podía avecinarse) se ha
ubicado y ha inyectado gas justo sobre el entorno de una falla activa
documentada (La falla de Amposta) y con un riesgo potencial de generar
seísmos de hasta 7,1 grados en la escala de Richter, una circunstancia
que no se especificaba en la declaración de impacto ambiental favorable
que publicó el Ministerio de Medio Ambiente.
A este respecto,
el profesor de Geología de la Universidad de Zaragoza y experto en el
estudio tectónico de la zona, José Luis Simón, advirtió ayer que la
ubicación de la planta es «arriesgada» y si se sigue inyectando gas «se
estaría tentando la suerte de generar más actividad en la falla, y en otras dos muy cercanas, y causar terremotos mayores».
Ante estas circunstancias, este experto en la geología de la costa
castellonense y catalana subrayó que antes de poner en marcha la planta
"se necesitarían años de estudio para saber si hay mínimas garantías de
que no generar más terremotos inducidos de mayor tamaño, y tampoco es
seguro que se pudieran dar estas garantías»"
A todo ello hay
que añadir a la tragedia que podría haberse provocado, la catástrofe que
podría haberle seguido el hecho de que a menos de 60 km se encuentre la
Central Nuclear de Vandellós.
Este proyecto fue autorizado por el Gobierno en 2009 y su paralización supone la pérdida de 1.800 millones de euros.
— Proyecto Castor: la tragedia que pudo haber sido (9 fotos)
Los datos del Instituto Geológico Minero de España desvelan que el proyecto Castor, causante de los seísmos de los últimos días, en los que se ha llegado a detectar uno de 4,1 grados (que ha sacado a la gente a la calle a pedir una solución viendo lo que podía avecinarse) se ha ubicado y ha inyectado gas justo sobre el entorno de una falla activa documentada (La falla de Amposta) y con un riesgo potencial de generar seísmos de hasta 7,1 grados en la escala de Richter, una circunstancia que no se especificaba en la declaración de impacto ambiental favorable que publicó el Ministerio de Medio Ambiente.
A este respecto, el profesor de Geología de la Universidad de Zaragoza y experto en el estudio tectónico de la zona, José Luis Simón, advirtió ayer que la ubicación de la planta es «arriesgada» y si se sigue inyectando gas «se estaría tentando la suerte de generar más actividad en la falla, y en otras dos muy cercanas, y causar terremotos mayores».
Ante estas circunstancias, este experto en la geología de la costa castellonense y catalana subrayó que antes de poner en marcha la planta "se necesitarían años de estudio para saber si hay mínimas garantías de que no generar más terremotos inducidos de mayor tamaño, y tampoco es seguro que se pudieran dar estas garantías»"
A todo ello hay que añadir a la tragedia que podría haberse provocado, la catástrofe que podría haberle seguido el hecho de que a menos de 60 km se encuentre la Central Nuclear de Vandellós.
Este proyecto fue autorizado por el Gobierno en 2009 y su paralización supone la pérdida de 1.800 millones de euros.
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