En el año 2003, Alemania creó la figura de los «mini jobs» y redujo sus tasas de paro drásticamente
Día 03/08/2012 - 12.36h
simón fabian
Una persona con un «mini empleo» solo tendrá derecho a una pensión básica de 139,95 euros tras 45 años trabajados.
En 2003, Gerhard Schroeder,
por entonces Canciller, encontró la fórmula mágica para terminar con
el mal del paro alemán. Si el problema era que había muchos alemanes
para pocos puestos de trabajo, la solución estaba muy clara: había que trocear esos empleos y repartirlos.
Los «mini jobs» eran trabajos a tiempo parcial por los que se percibían salarios bajos, 400 euros como máximo. El empleado no pagaría impuestos y abonaría las cotizaciones sociales de forma voluntaria.
La idea provocó una lluvia de críticas. Algunos lo calificaron como «el mayor cambio en el sistema de bienestar social desde la Segunda Guerra Mundial». La Organización Internacional del Trabajo (OIT) llegó más lejos, considerando la política alemana de competitividad salarial, como la «causa estructural» de la crisis en la zona euro.
Pero lo cierto es que la medida obtuvo resultados. Y la prensa empezó a hacerse eco del «milagro alemán». A partir de 2005, el desempleo comenzó a caer, acercándose a niveles previos a la reunificación. Hoy, la tasa de desempleo alemana es una de las más bajas de toda Europa.
Según un informe que recoge «France Press», las reformas de Schroeder tuvieron como efecto «reducir los ingresos más bajos, especialmente en los servicios, donde aparecieron nuevos empleos de baja remuneración». Pero, al mismo tiempo, «se hizo poco para mejorar la competitividad a través de una progresión de la productividad».
Pero el resultado es que uno de cada cinco empleos en Alemania es hoy un «mini job». Para casi siete millones de trabajadores alemaneseste
es su principal empleo y su única fuente de ingresos. Mientras en
España, la última Encuesta de Población Activa (EPA), marcó un nuevo
récord en la tasa de desempleo, con un 24,6% en el segundo trimestre del
año.
El BCE ha propuesto a España la implantación de esta categoría laboral en muchas ocasiones, pero el Gobierno se niega.
La ministra de Empleo, Fátima Báñez, confesó en el programa «El Contrapunto» de ABC Punto Radio, con Isabel San Sebastián, que «no está pensando en la posibilidad» de implantar los llamados «mini jobs» porque entiende que «en este momento no encajan con la realidad del mercado laboral español». Según dijo, el Gobierno «prefiere apostar por otras figuras», como
el contrato a tiempo parcial, el teletrabajo o la formación dual (que
una persona reciba formación al mismo tiempo que trabaja).
En respuesta, el comisario de Competencia de la Comisión Europea, Joaquín Almunia,lanzaba una pregunta al aire: «¿Qué es mejor, tener un trabajo mediocre o no tenerlo?». La misma pregunta podría lanzarse a los españoles en paro: ¿Qué es mejor?
Las personas bajo este régimen laboral tienen derecho a vacaciones pagadas, bajas por maternidad y enfermedad y a los plazos de despido. Sin embargo, la pensión que quedaría para un trabajador dentro de esta categoría, en el caso de cobrar el máximo de 400, ascendería a menos de tres euros por año trabajado.
Millones
de mujeres alemanas (las más afectadas por la precariedad), están
condenadas a la pobreza cuando alcancen la edad de jubilación, según
publicó el rotativo «Süddeutsche Zeitung». Ahora en su país cuentan con un saludable 6,7% de paro; el milagro alemán. Pero dentro de 45 años, cuando se jubilen,solo tendrán derecho a una pensión básica de 140 euros. Al fin y al cabo, empleos a trozos, por los que se reciben derechos a pedazos.
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