perior
al medio millón de euros y que se destinó a estudiar los movimientos
lobunos en el espacio natural protegido. Todo indica que “el animal ya
no servía“.
Según han señalado a Europa Press grupos conservacionistas y de defensa de la naturaleza, el ejemplar, apodado ‘Marley’, portaba en el momento de su muerte un collar identificativo que incluía un emisor GPS-GSM. Éste aparato le fue colocado el día 29 de octubre de 2011, siendo cachorro, por técnicos contratados por el Parque Nacional.
De acuerdo con los ecologistas, la dirección del Parque Nacional de los Picos de Europa informó al Patronato que, a fecha 24 de julio de 2012, el dispositivo había recepcionado 5.054 datos y añadió que continuaba emitiendo. Resultó por tanto muy sencillo dar con él y abatirlo. Tan sólo había que seguir la señal del satélite.
“Fueron necesarias 52 jornadas nocturnas para poder proceder al radiomarcaje del ejemplar matado por el propio Parque Nacional, y algunos ejemplares de otras especies perecieron en la trampa de captura”, señalan las mismas fuentes.
Según informes oficiales, la administración del Parque Nacional abonó en 2011 la cantidad de 149.914,84 euros a la empresa Tragsa para que realizara el estudio “Seguimiento de manejo de fauna en el Parque Nacional de los Picos de Europa 2010-2012″.
A su vez, se abonó a la mercantil “A.RE.NA, S.L.” la cantidad de 125.000,00 euros (que se suman a los 114.464,72 euros abonados en 2010) por la realización de la asistencia técnica denominada ‘Seguimiento de las Poblaciones de cánidos en el Parque Nacional de los Picos de Europa’. A estas cantidades hay que sumar las de 55.189,90 euros por el estudio específico denominado ‘Asistencia Técnica para la captura en condiciones de seguridad controlada, el radiomarcaje y el seguimiento satelital de lobos’ abonada en 2010, y la de 59.062,50 euros abonada en el mismo concepto en 2011.
Y por eso sostienen que el resultado de la resolución administrativa de 2 de agosto de 2012 que ordena matar a seis ejemplares de lobo en el Parque Nacional impugnada por varias asociaciones, no sólo ha acabado con la vida de dos ejemplares de lobo hasta el momento, sino con el esfuerzo económico que ha supuesto el estudio científico y con el rigor científico de los resultados que pudieran haberse obtenido del mismo.
Lo ocurrido demuestra que los controles de población de lobos se realizan disparando al primer ejemplar que se presenta, por personal no especializado, sin proceder a la averiguación del sexo, edad y otras características que deben tenerse en cuenta en cuanto a la estructuración de las manadas y posteriores consecuencias en el incremento de los daños al gana
Según han señalado a Europa Press grupos conservacionistas y de defensa de la naturaleza, el ejemplar, apodado ‘Marley’, portaba en el momento de su muerte un collar identificativo que incluía un emisor GPS-GSM. Éste aparato le fue colocado el día 29 de octubre de 2011, siendo cachorro, por técnicos contratados por el Parque Nacional.
De acuerdo con los ecologistas, la dirección del Parque Nacional de los Picos de Europa informó al Patronato que, a fecha 24 de julio de 2012, el dispositivo había recepcionado 5.054 datos y añadió que continuaba emitiendo. Resultó por tanto muy sencillo dar con él y abatirlo. Tan sólo había que seguir la señal del satélite.
“Fueron necesarias 52 jornadas nocturnas para poder proceder al radiomarcaje del ejemplar matado por el propio Parque Nacional, y algunos ejemplares de otras especies perecieron en la trampa de captura”, señalan las mismas fuentes.
Según informes oficiales, la administración del Parque Nacional abonó en 2011 la cantidad de 149.914,84 euros a la empresa Tragsa para que realizara el estudio “Seguimiento de manejo de fauna en el Parque Nacional de los Picos de Europa 2010-2012″.
A su vez, se abonó a la mercantil “A.RE.NA, S.L.” la cantidad de 125.000,00 euros (que se suman a los 114.464,72 euros abonados en 2010) por la realización de la asistencia técnica denominada ‘Seguimiento de las Poblaciones de cánidos en el Parque Nacional de los Picos de Europa’. A estas cantidades hay que sumar las de 55.189,90 euros por el estudio específico denominado ‘Asistencia Técnica para la captura en condiciones de seguridad controlada, el radiomarcaje y el seguimiento satelital de lobos’ abonada en 2010, y la de 59.062,50 euros abonada en el mismo concepto en 2011.
Y por eso sostienen que el resultado de la resolución administrativa de 2 de agosto de 2012 que ordena matar a seis ejemplares de lobo en el Parque Nacional impugnada por varias asociaciones, no sólo ha acabado con la vida de dos ejemplares de lobo hasta el momento, sino con el esfuerzo económico que ha supuesto el estudio científico y con el rigor científico de los resultados que pudieran haberse obtenido del mismo.
Lo ocurrido demuestra que los controles de población de lobos se realizan disparando al primer ejemplar que se presenta, por personal no especializado, sin proceder a la averiguación del sexo, edad y otras características que deben tenerse en cuenta en cuanto a la estructuración de las manadas y posteriores consecuencias en el incremento de los daños al gana
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