Hacía
muchos meses que se estaba gestando la dimisión de Esperanza Aguirre,
según los mentideros que afirman estar habitualmente bien informados.
Totalmente enfrentada a Mariano Rajoy, se dice que la carrera política
de Espe está completamente acabada y que al no poder optar a competir
por ser número uno del PP solicitó ir en las listas para ser alcaldesa
de Madrid, algo que frustró la propia Ana Botella (junto con un grupo de
esposas de altos cargos del PP que parece ser mandan mogollón en la
sede de la calle Génova y que no congenian con la Aguirre) con la ayuda
de su marido, otro que tuvo que enfrentarse repetidas veces a Esperanza
Aguirre y quienes la apoyaban como cabeza de lista del PP. También se
cuenta que la familia de Aguirre ha tenido las manos muy largas a la
hora de privatizar los servicios públicos y no repartir con nadie las
ganancias de sus empresas (en especial lo relacionado con la Sanidad y
los acuerdos preferentes con empresas norteamericanas -ligadas al Tea
Party- dedicadas a la gestión de hospitales), poniéndose como ejemplo la
operación Valdeluz en Guadalajara, relacionada con la ubicación de la
estación del AVE. Otros hablan de su furibundo enfrentamiento con los
jefes del PP levantino, los cuales habrían peleado con Aguirre por los
mismos proyectos empresariales. De hecho, Güemes (esposo de Andreíta
Fabra y yerno de papá Fabra) desapareció de un plumazo del equipo de
Gobierno y confianza de la CAM que rodeaba a Esperanza Aguirre sin
ofrecer ninguna explicación. by Dan García
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