22 abr 2019

Cuando puedes ver a tu dios

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Cuando te enamoras de alguien, le perdonas todo. Le perdonas que no te haga caso, le perdonas sus neuras, le perdonas incluso que te grite. En el fondo lo único que te importa es que te quiera, y el menor gesto de atención y cariño te anima a creer que así es, porque quieres creer que así es. Por eso dejamos que nos hagan daño una y otra vez.
En otras ocasiones he comparado el amor con una droga adictiva. Sólo deseas estar con esa persona; por sentir su calor, mirarle, llevar su sabor en tu boca... Por abrazarle lo das todo. Puedes irte a currar sin dormir porque no tienes otra forma de estar con él, puedes renunciar a todo con tal de pasar un par de horas a su lado aunque sea solo hablando en un bar, te desvives porque todo sea como le gusta con tal de verle sonreír... Te vuelves idiota, te olvidas de tí porque él es todo, aunque él no sienta lo mismo.
Te hace daño y le da igual hacértelo, y al darte cuenta en vez de odiarle lloras. Lloras porque no te pedirá perdón, como mucho se acercará a tí pasado un tiempo como si nada pasara, a volverte a arrastrar a una falsa ilusión que te terminará destrozando. Hay una parte del cerebro llamada sistema límbico, que rige nuestros sentimientos y no podemos controlar conscientemente. Esos sentimientos nos dan felicidad y sufrimiento, nos controlan como se controla a un esclavo a base de premios y castigos. Eso nos puede arrastrar a una montaña rusa emocional; un día te hace algo que te duele más que si te apuñalara, al otro con acercarse y darte un beso vuelves a su falso cielo. Sí, un amor no correspondido te termina destrozando.
Tú estás solo pensando en estar con él, haciendo por verle, deseando que te llame; él tiene mejores cosas que hacer. Tú te repites que si quiere algo te buscará y será contigo; él piensa que quieres sexo y te da igual con qué tío. Tú llegas y te vas directa a abrarzarle y pedirle un beso; el saluda fríamente y pasa por tu lado sin más, a seguir con sus asuntos...
Y a pesar de todo, si viene, te abraza, te folla y te deja dormirte oyendo latir su corazón, te olvidas de todo.
¿Nunca habéis estado así por alguien? Si la respuesta es no, enhorabuena. Es una mierda querer cuando no te quieren.
 

20 abr 2019

"Para pasar un buen rato"

Si yo quiero divertirme, nunca es a cualquier precio. Nunca olvido que lo que tengo en frente es otro ser humano, jamás juego con los sentimientos de alguien si sé que le importo y le puedo hacer daño. Puedo ser muy salvaje, puedo saltarme muchas normas absurdas de esta sociedad de mierda que nos vienen heredadas de una religión de esclavos, pero tengo mis propias normas.
Mis normas son muy sencillas. Soy amiga fiel de mis amigos, respeto a todo el mundo y no ataco a nadie, como mucho me defiendo. Si me meto en algo fuera de mis propios asuntos es para ayudar, si no me quedo quieta. No hago nada que pueda hacer daño a terceras personas de forma gratuita: nunca estaría por pasar el rato con alguien que sé que tiene una pareja enamorada que las va a pasar putas si se entera. Soy fiel a quien me quiere, prefiero cortar una relación a mirar a un tío a la cara sabiendo que confía en mí y le estoy engañando... Normas muy sencillas.
Mis normas son sencillas y sobre todo coherentes. Yo creo firmemente en que no hay más diferencias entre hombres y mujeres que las físicas, y eso cuenta a la hora de exigir derechos pero también de rechazar privilegios. Veo continuamente como otras tías salen de gratis porque siempre encuentran un tonto que paga las copas y las cenas; yo pago a medias, y si ya se anticipó y pago la primera tengo buen cuidado de pagar la segunda. Si me apetece sexo doy el primer paso, y si a la otra persona en ese momento no, no hago drama; igual que ellos no hacen drama si no me apetece a mí. No pretendo que nadie por ser mujer me acompañe a casa; si lleva coche y yo no, agradezco que me lleven, si no me pillo un taxi. Igualdad pido e igualdad doy.
Intento ser buena persona y pasar por este puto barrizal, este asco de mundo, sin hacer daño, porque ya es bastante jodido como para estar jodiéndonos unos a otros. Pero se ve que el karma (¿Se escribe así?) es una gran mentira, porque me acaban de joder a mí y además por nada. Por "pasar un buen rato" fueron anoche sus palabras.
Cuando me lo llevé a casa la primera vez, sólo quería volver a vivir. Había pasado un calvario con una mala persona, cruel y manipuladora, dañina para mí y hasta para su hija; durante un año estuve paralizada, escapé de él pero llevaba todas las heridas abiertas. Había pasado ya más de ese año, empezaba a volver a ser yo, y de alguna manera confié en este tío y pensé que él necesitaba calor humano y yo también. No quería una relación con él más allá de la amistad, no estaba enamorada.
Pero como dice el dicho "la vida es lo que ocurre mientras planeamos otra cosa", y me enamoré. No sé por qué, nunca sabes por qué. La historia se lió más y más, pero yo siempre supe que no iba a durar. Yo quería que el fuese el final de mi camino, él quería otro camino y no sé si sabe con quien lo quiere recorrer, pero seguro que no es conmigo.
Los sentimientos son muy hijos de puta, y te arrastran a buscar lo que no te conviene, a hacer cosas absurdas. Tras dar muchas vueltas la vida, tras mucho ir y venir no pude evitar volver a intentarlo.
Ocurre que tuve una relación de varios meses, con la persona que siempre creí que era el amor de mi vida. Le había conocido hacía mucho, pero no podía estar con él porque estaba casada. Estando con este otro tío descubrí que el tiempo y la distancia te hacen idealizar a las personas, es fácil amar un sueño. Los sueños no decepcionan, las realidades sí. Cuando aquello acabó volví a buscar cariño en la misma persona que me había demostrado, hacía ya mucho, que para mí no tenía.
Volví yo, le busqué yo. Él no quería, decía que le había hecho mucho daño. Mirando ahora hacia atrás, a hace apenas unos meses, se me parte el corazón de haber sido tan idiota de creer cada palabra que me ha dicho. Debo decir que yo no quería ataduras, me dan pánico después de años atrapada con un monstruo, pero cualquiera hubiera comprendido que antes de atarme a alguien quiera conocerle. Le busqué yo y el cedió, y a mí sólo me sirvió para engancharme más y sufrir más, porque me dejó.
Tuve que aceptar en mi corazón lo que mi mente ya sabía. No insistí. "Volveremos a hablar como amigos dentro de un tiempo", me dijo, "pero de volver a liarnos, jamás". Me refugié en mis amigos, pero le echaba tanto de menos que casi dolía físicamente. Pasaron semanas. Cada cosa que me pasaba y no le podía contar, cada noche que me iba a dormir sola, era como una página de un libro que estaba a punto de terminar de leer. Pensé que pronto llegaria a la última, lo cerraría y se quedaría cerrado en un estante de mi memoria, en ese que reservo para los pocos que he querido de verdad. Allí está el del hombre que prometió amarme y respetarme y terminó haciendo de mi vida un infierno, justo a su lado el que habla del amor que soñé para siempre y rápidamente me defraudó, y a continuación iba a colocar el del tío que quise con toda mi alma, al principio sin saberlo, desde el día que me lo traje a casa porque yo estaba sola y el también.
Pero no me dejó cerrar todavía su libro. Se acercó a mí, me buscó él. Yo creí que lo hacía porque me quería, pensé que tal vez, después de todo, tenía una oportunidad de estar con él. La realidad es que lo único que había cambiado es que se acercaba a hablar si nos encontrábamos. No quería estar conmigo, creo que incluso le molestaba mi presencia porque se sentía como obligado a hacerme algo de caso, quizás por estar a bien por si le apetecía "pasar un buen rato" en otra ocasión. Una cosa es hacer algo de caso por cumplir, otra muy diferente renunciar a una de sus noches intentando ligar con cualquiera que aparezca para estar conmigo.
Me utilizó sabiendo que le quería y que me iba a destrozar. Eso es ser malo.
Fui atando cabos. Él pensaba que yo estaba enrollada con otro y aún así me buscó. Al decirme eso se me heló el alma, comprendí que si alguien te importa no puedes soportar que esté con otra persona; si lo que quieres es follar sí que puede darte igual. Luego supe que había más en su lista imaginaria de tíos con los que estaba liada. En esa lista creo que están todos y cada uno de mis amigos y conocidos, todos con los que me ha visto hablar. Para él yo soy una de esas personas que se tiran todo lo que se mueve, que no tienen filtro... Cree que soy igual que él.
Así que como en su mente a mi me da igual todo, y estaba aburrido el chaval, decidió joderle la vida a una tía que sabe que le quiere y que lo ha pasado muy mal intentando superar que se acabó todo con él. Decidió volver a traer la tristeza y el dolor a alguien que no le estaba molestando, que nunca le deseó ningún mal, para "pasar un buen rato".
Para pasar un buen rato yo salgo de cervezas e intento buscar motivos para reír, para pasar un buen rato podría enrollarme con alguien que sólo quisiera lo mismo; por pasar un buen rato no se destroza a otro ser humano.
Cuando alguien es tan mierda, lo mejor es pasar, ni molestarse en hablarle, pero como digo los sentimientos son muy hijos de puta... Y además necesitaba tenerlo todo claro.
Lo llamé, le pregunté por qué me buscó si no quiere estar conmigo, y me respondió que "para pasar un buen rato".

7 abr 2019

SD&R

Seis metros, el otro extremo de la barra; tú en tu mundo y yo en el mío... Tan lejos que ya no estás. Me señalaste la puerta y la cerraste a mi espalda, oí el portazo sin mirar atrás. Olvidé el sueño de verte dormido al despertarme, enterré el deseo de mezclarme en tu sudor. Sepulté tu risa, enterré tus besos y me quedé sola rodeada de gente.

Gente que me dice de pronto "Estás bien?", y descubro que me he quedado callada mirando a ningún sitio, porque no quiero mirar esos seis metros de distancia que parten el corazón.

Vuelvo a las noches sin dormir, vuelvo a todo lo que no deje pensar, no te busco en otra boca que jamás sabrá a la tuya, no busco en otro cuerpo que jamás me hará temblar igual; no estoy buscando, estoy huyendo.


No hay ilusiones, se fue muriendo la esperanza mientras se repetía la historia y a golpes me hacía aceptar que siempre se repetirá, que serían más los días sin ti que contigo, que esos seis metros de dolor serían mi vida... Me pusiste muy alto el precio de unas pocas noches al calor de tu cuerpo. Ya no me importa si esa mirada significa que puedo volver a entrar, no quiero pagar.

Prefiero puertas siempre abiertas y que no me dolerán. Prefiero acallar mi mente envenenando mi cuerpo. Prefiero volver a donde sé estar. Sexo, droga y Rock and Roll.