Hace tiempo que escucho los libros en vez de leerlos. He descubierto que esto me abre la posibilidad de hacer otras cosas, cosas manuales, mientras aprendo o me entretengo. Al no querer ya quemarme más la vista leyendo (bastante lo hago ya al trabajar), me encontré una casa llena de libros inútiles para mí. Iba a tirarlos o regalarlos cuando se me ocurrió hacer manualidades con ellos; primero escondites secretos, luego cajas decoradas... Volví a mis principios, cuando era una niña y hacía cosas con cualquier material que acabara en mis manos.
Descubrí cosas guardadas en los libros que no recordaba que estaban ahí, desde fotos de mi hijo de pequeño a un billete de 50 euros. Fotos de mi sobrino que se mató a los 22 años hace pocos meses, de mi exmarido... Me doy cuenta de que he vivido varias vidas dentro de la mía, porque me parece todo lejano y ajeno a mí. A lo largo del tiempo la casa se va llenando de recuerdos de amigos que ya no están, amores que ya no significan nada para mí y lugares donde trabajé aunque ya ni recuerdo el camino que tal vez hice 300 veces dos veces al día. Todo me parece extraño, como si esas cosas las hubiera vivido otra persona. Tal vez es porque no hay un hilo conductor, porque todo llegó y se fue sin dejar rastro.
Hace poco me crucé a plena luz del día con una persona que quise mucho en su momento, la última que he querido, y solo sé que pasó porque, una vez se perdió de vista, mi amiga me lo comento. Ella se sorprendió, porque aunque tengo problemas de visión no son tan graves para no ver a alguien a un metro y de día. En otra ocasión me encontré con otro ex en un concierto e igualmente no me fije; cuando me lo dijeron y le miré simplemente era como ver una foto, no despertaba en mi ninguna emoción a pesar de que conviví con él dos años y fue una de las rupturas más dolorosas que he atravesado. El tiempo lo convierte todo en viejas fotos.
Igual ocurrió con mi exmarido. Después de 18 años de matrimonio más los años anteriores de noviazgo, pensé que seguramente me afectaría enterarme cuanto él tuviera una nueva relación, aunque no le quisiera. Sin embargo me resultó totalmente indiferente.
Los tres han hablado mal de mí, no sé si para intentar quedar de buenos ante la gente o simplemente por hacer daño, y el último sigue haciéndolo ante el asombro de sus oyentes, que no entienden por qué sigue atacando cuando yo dejé de decir su nombre el mismo día que decidí que nunca más. No me afecta, a pesar de saber que habrá quien les haya creído y quien les creerá en el futuro, porque tampoco quiero saber nada de quienes les rodean y eligieron descartarme para no tener problemas con ellos.
Los tres tienen pareja, el último la tenía ya estando conmigo, y a los tres les deseo que sean muy felices en sus relaciones y que sean relaciones largas. No es que les haya perdonado, no creo en la necesidad de perdonar a quién te hizo daño y no se arrepintió, no tuvo la decencia de pedir perdón para seguir su vida con la conciencia más tranquila. Lo que ocurre es que ya no me importan.
Me doy cuenta de que otra vez puedo iniciar una nueva relación porque he limpiado mi corazón y mi mente de la basura que dejó la última. No sé si aparecerá alguien de quien me vuelva a enamorar, ni cuando aparecerá, pero sé que por fin vuelvo a estar preparada. Sé que lo aprendido con mi exmarido me sirvió para que el siguiente no pudiera manipularme, y lo aprendido con éste me sirvió para comprender los manejos del último... Espero que lo aprendido con el último me ayude a elegir bien, a rechazar a cualquiera a la primera bandera roja. Creo que ya me toca y me merezco un amor tranquilo que me de paz y seguridad, no aceptaré otra cosa. Nadie me sacará de mi soledad si no me ofrece algo mejor, y estoy muy bien sola.
No hay comentarios:
Publicar un comentario