14 sept 2017

Lo justo y lo previsible

El libro de texto más grueso de los que se estudian en la facultad de la vida, lleva el título de esta entrada. Ardua tarea es su estudio, porque como todos los demás hay que irlo escribiendo a base de experiencias; su lógica sin embargo es clara y sencilla. Lo que pasará a continuación de cada suceso no es lo que sería justo, será totalmente lo contrario. 

Por poner un ejemplo, las personas que más te odiarán en tu vida son aquellas que no tendrán motivo alguno para odiarte, las que más te amarán serán también las que no tienen ninguna razón para quererte. Quedemonos pues con las intermedias, esas que no guardan venenos sin causas ni cariños sin argumentos. Nos evitaremos así muchos palos, de estos que primero te sorprenden, después te entristecen y por último te indignan hasta que deja de importarte.

No estoy pensando en ningún caso concreto, más bien en muchos vistos y vividos a lo largo de mi vida. De todos esos seres humanos aprendí que puedes resolver tus diferencias con alguien con quien, por su culpa o por la tuya, has llegado a un enfrentamiento fundado, pero jamás conseguirás que deje de querer hacerte desaparecer aquella persona que, sin jamás hacerle daño, te odia.

Si a tu suegra no le gustabas para su hijo, no intentes agradarla; le gustarás aún menos por no darle los argumentos que busca. Si a un compañero o compañera de trabajo se le atravesaste el primer día (porque tu horario es mejor que el suyo, por ejemplo), no trates de que se tome un café contigo para ver si te conoce y te traga; menos te tragará cuanto mejor persona te vea, pues quisiera que fueses un ogro para que nadie te tragara. Si un supuesto amigo se te tira al cuello por algo de lo que ni se molestó en enterarse bien, no trates de aclarárselo; estaba deseando un argumento para justificar lo mal que le caes... Todos hemos vivido estas y parecidas cosas, y todavía yo no las comprendo, pero sí acepto que ocurren. Son situaciones cuanto menos incómodas que tienes el impulso de arreglar. Piensas "bien no nos vamos a llevar, no espero que te vengas conmigo de cervezas, pero vamos a ser mutuamente educados manteniendo cuanto más distancia mejor"... No lo intentes, te vas a llevar con suerte un corte y sin ella otro enfrentamiento.

En vez de eso, intenta ignorar a esa persona, intenta no cruzarte en su camino y procura mantenerla apartada del tuyo, jamás la nombres. Con suerte eso aumentará su bienestar y disminuirá el interés negativo que te tiene, pues le das en parte lo que quiere; que desaparezcas.

No entres en una guerra en la que te ganará porque dedica mucho más tiempo que tú a pensar en el tema, además de no tener el menor escrúpulo.

He visto tíos inventarse que se han acostado con una tía solo porque ella eligió a otro, con el fin de que lo pierda. Tias que han ido a hablar con la pareja de su ex para decirle que la seguía llamando (omitiendo que era una vez cada tres meses para ver como estaba)... Lo que se llama joder por joder. Madres que con gesto de preocupación y de no querer decir nada, han puesto a su hijo en contra de su nuera... Compañeras de curro que te vigilan más que el jefe porque van a hacer a alguien fijo y temen que serás tú y no ellas... Gente que no vive para ser felices sino para hacer infelices a los demás ¿Qué se puede razonar con alguien así?

Pero por mucho que vea a mi alrededor o me ocurra a mí misma, seguiré sin comprender cómo puede un ser humano odiar a otro que no le ha hecho ningún mal.

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